domingo, 28 de junio de 2015

San Andrés


Título original: San Andreas
Año de estreno: 2015
Director: Brad Peyton

Trailer:




Todos sabemos el tirón que posee el género de las disaster movies en la industria del cine actual. La maquinaría de Hollywood no deja de funcionar y cada año tenemos cuatro o cinco películas sobre terremotos, tsunamis, volcanes, huracanes y demás desastres naturales en cartelera. Bajo esta premisa, nace San Andreas,  film cuya trama principal gira en torno a la falla de San Andrés, grieta geológica de gran longitud que pasa por el estado de California en Estados Unidos y por Baja California en México. Con la mano en la corazón, tengo que deciros que soy bastante reacio a este género. Principalmente, desde que tuve que tragarme 2012, un truño de proporciones bíblicas de casi tres horas de duración, en el cual la trama era totalmente inexistente y sin duda (y confirmado por un servidor) podía dormir a un rebaño de ovejas en su primera media hora. Ahora nos llega esta película, dirigida por Brad Peyton (un novato especializado en producciones infantiles, como la secuela de Como perros y gatos o Viaje al centro de la Tierra 2) y mi impresión general es que este blockbuster veraniego, cimentado en la figura de Dwayne Johnson, no ofrece nada nuevo por lo que el espectador deba impresionarse, ni tampoco deja escenas para la memoria colectiva en lo referente a este género cinematográfico. Básicamente, nos encontramos con una amalgama de tópicos y clichés del cine de acción y desastres, adornados con unos geniales efectos especiales y con el aliciente de ver el cachas The Rock metido en el asunto. 


El guión es un copia y pega de todo lo que hemos visto en otras películas del mismo tipo, como la ya mencionada 2012, Más allá de la vida o Lo imposible. En un primer momento, situamos dos líneas argumentales: por un lado, la que engloba al personaje de Dwayne Johnson, un padre de familia cuya esposa (interpretada por Carla Cugino) e hija (la hermosa Alexandra Daddario) se han distanciado del mismo tras el fallecimiento de su hija menor. La convivencia es inexistente y el divorcio, inminente. Esta subtrama se desarrolla a lo largo del film, siguiendo paso por paso los tópicos de la disaster movies, hasta desembocar en un final feliz, con el matrimonio y situación familiar reconstruidos. Después, tenemos la línea argumental enfocada a la falla de San Andrés y a la consecución de los terremotos. Sin ningún tipo duda, la película funciona mejor como un drama familiar que como obra científica o con sustentación geológica propiamente dicha. A mi entender, no se explica correctamente todo lo relacionado con el origen de los temblores, al menos a partir de los primeros 20 minutos de film. Otro factor que juega en contra de San Andreas es lo predecible de su desarrollo. Obviamente, no se le puede pedir demasiadas sorpresas a la película a nivel argumental, pero la total ausencia de tensión y emociones en las escenas de destrucción son un lastre atroz de la obra de Peyton. 



En el campo de las actuaciones, encontramos luces y sombras. Dwayne Johnson, conocido como The Rock, desempeña su papel de forma correcta, e incluso aporta un interesante matiz de dureza al personaje, algo casi inédito en este género. La otra grata sorpresa, es Alexandra Daddario. No solamente es un bombón, que sabe hacer de inocente y delicada cuando toca, sino que además, en torno al tramo final del desarrollo del film, saca su lado más salvaje y aventurero. Se agradece ver un personaje femenino con estas características en el género, y además, apuntalado con una buena interpretación. El resto del reparto, correcto, sin más. 



San Andrés no es, ni mucho menos, la película de desastres naturales que revolucionará el mundo del séptimo arte. Su guión, trama y desarrollo argumental caen en continuos clichés y agujeros, y no ofrecen ni un ápice de originalidad ni dramatismo. El final es predecible y tonto (no podía faltar el guiño a la nación americana). Sin embargo, la película no es un desastre absoluto: algunos de sus personajes están bien concebidos y sufren una correcta evolución a lo largo del film, las actuaciones son correctas (con algunas sorpresas, ya mencionadas) y en el campo visual, técnico y sonoro, este blockbuster cumple con creces. Una peliculita de verano, sin más. 

Valoración: 2/5





sábado, 20 de junio de 2015

Mad Max: furia en la carretera


Título original: Mad Max: Fury Road
Año de estreno: 2015
Director: George Miller

Trailer:




Tres décadas después, el director australiano George Miller vuelve a dirigir una película de la franquicia que le dio a conocer, Mad Max. En 1985, se estrenó Más allá de la cúpula del trueno, la que, se suponía, que iba a ser la última película de la saga. En cierto modo, lo fue, pues esta nueva Mad Max es un reboot de la franquicia, que se desmarca de la antigua concepción sobre el personaje de Max Rockatansky y ofrece una nueva visión, procedente del creador de los tres filmes originales, de este universo post-apocalíptico. 

Desde el momento de su estreno, esta cuarta película de la saga ha recibido muy buenas críticas, tanto de los medios profesionales como del público en general. Muchos la han calificado como la mejor película de acción de los últimos años, y otros la han tildado de obra maestra. La expectación a la hora de ver el film fue enorme, no era para menos. Bien, el pasado miércoles vi Furia en la carretera, y puedo decir, con total sinceridad, que si, es un peliculón. Sin lugar a dudas, es mucho mejor que la primera y tercera Mad Max, codeándose con la excelente El guerrero de la carretera en la lucha por saber cual es la mejor entrega de la franquicia. Personalmente, me quedo con la segunda, pero el nivel de ambas es muy similar. ¿Por qué esta nueva Mad Max es tan buena? 



En esta cuarta aventura, Max es atacado y hecho prisionero por una colonia (La Ciudadela) bajo el control del tirano Immortan Joe, cuya posesión más preciada es un grupo de hermosas mujeres que utiliza para ampliar su descendencia y hacer más poderosa su dictadura. Un alto mando de La Ciudadela, la Emperatriz Furiosa, se escapará con este grupo de mujeres y las tropas de Joe marcharán en su captura. En medio de todo esto, estará Max (en esta ocasión, interpretado por Tom Hardy), que tendrá que decidir si ayudar a Furiosa y obtener su redención o seguir su camino por el gran páramo post-nuclear, y continuar atormentado por visiones y recuerdos de su pasado. 

La premisa principal de la película no es excesivamente compleja, y, ciertamente, es un pretexto para meternos rápidamente en la acción. Pero chicos, que acción. No recuerdo ver unas persecuciones tan espectaculares en mi vida de cinéfilo. Realmente, se notan los 150 millones de dólares que se han empleado en realizar la película. Durante el desarrollo de film, no hay apenas momento para la relajación. Desde que Furiosa (magistral interpretación de Charlize Theron) abandona La Ciudadela, las explosiones y tiroteos no cesan en ningún momento, y supone un chute de adrenalina para el espectador, cuyo salvavidas es. únicamente, la butaca de cine. Todo huele a pólvora en esta magistral reinvención del personaje de Max Rockatansky, que está vez se encuentra relegado a un segundo plano, en detrimento de la verdadera estrella de la función: Charlize Theron. Olvidaos de la delicadeza. Aquí, con la cabeza rapada y sin uno de sus brazos, muestra unos niveles de interpretación magníficos, y aporta mucho al desarrollo de la historia en el film (ciertamente, su línea argumental, que indaga sobre su pasado y el deseo de redención, es de lo mejor de la película). Después, tenemos a Tom Hardy, quien desempeña un correcto papel como el mítico Rockatansky, aunque se echa algo de menos a Mel Gibson. 



Si en el campo de la acción, la película alcanza un altísimo nivel, lo mismo se puede decir de la concepción visual, diseño artístico y apartado sonoro. Fury Road es un gran paso adelante en lo referente al cine de acción/ciencia ficción, y abre una pequeña brecha de esperanza para el cine comercial. Esta nueva visión de Miller acerca del mundo post-nuclear recoge lo mejor de las tres películas originales y lo potencia con una perspectiva más espectacular de este universo. Los vehículos y armas recuerdan a El guerrero de la carretera, mientras que algunas de sus visionarias escenas y planos generales, como la de la tormenta de arena, nos transportan a Más allá de la cúpula del trueno. La banda sonora sigue una línea continuista respecto de la tercera película, optando por lo estruendoso y épico para acompañar las escenas de acción. Muy buen trabajo de Tom Holkenborg (alias Junkie XL). 

Mad Max: furia en la carretera destila nostalgia y modernidad a partes iguales. Se respira el aire, esencia ochentera y atmósfera de las antiguas Mad Max, por lo que los aficionados a la saga, después de 30 años, encontrarán una película con resultados muy satisfactorios, mientras que aquellos que acudan para disfrutar de una buena película de acción verán cumplidos sus deseos con un blockbuster excelentemente dirigido y que no deja indiferente a nadie. Precisamente este equilibrio es lo que hace grande este reboot de la famosa franquicia post-apocalíptica, concebida a finales de los 70 por un George Miller que, sin ningún tipo de duda, se ha coronado como un gran director, y en definitiva, un artista en este mundillo del cine. Viendo el altísimo nivel de esta nueva Mad Max, los aficionados al cine estamos de enhorabuena: este loco llamado Max, ha vuelto, y lo ha hecho en plena forma. 

Valoración: 4.5/5






miércoles, 17 de junio de 2015

Mad Max 3: más allá de la cúpula del trueno


Título original: Mad Max: Beyond Thunderdome
Año de estreno: 1985
Director: George Miller y George Ogilvie

Trailer:



Tras el enorme éxito, tanto de crítica como de taquilla, de Mad Max 2, George Miller se puso manos a la obra en la que sería la tercera y última película de la franquicia. Cuatro años más tarde, y con un presupuesto de 12 millones de dólares (el triple que la segunda película), se estrenaba la tercera aventura de Max Rockatansky, esta vez con la presencia de Tina Turner, famosa cantante de la época, como villana principal de la historia. Esto, unido al pretexto de finalizar la saga y darle carpetazo a las peripecias del mítico personaje interpretado por Mel Gibson, fue el detonante de un enorme éxito de taquilla, al igual que los dos anteriores filmes. Más allá de la cúpula del trueno es una película especial. Durante todo el desarrollo de la misma, se respira el cine de aventuras de los 80, de películas como En busca del arca perdida y demás largometrajes de Steven Spielberg. Mad Max 3 nos deja escenas para la memoria, momentos espectaculares, secuencias mágicas y un final maravilloso, todo sea dicho. Sin embargo, no es, ni mucho menos, una película a la altura de su magnífica predecesora, aunque si es mucho más entretenida y dinámica que la primera Mad Max. 

En esta ocasión, un irreconocible Max Rockatansky es atracado por el Capitán Gyro (que vuelve a estar interpretado por Bruce Spence), quien no recuerda al que fuera su antiguo compañero en El guerrero de la carretera. El ex policía le seguirá la pista hasta llegar a Negociudad, uno de los últimos reductos de la antigua civilización, la cual utiliza el metano como fuente de energía principal (conseguido con excrementos de cerdo). Allí conocerá a Tía Ama (interpretada por Tina Turner), que le involucrará en un combate contra El Golpeador (la parte bruta de El Maestro Golpeador) en una de las escenas de lucha más espectaculares de la saga. Durante esta primera parte, el film mantiene un buen ritmo (con un estilo más propio del cine fantástico y de aventuras que de la ciencia ficción post-nuclear propiamente dicha) y logra sumergir al espectador en los entresijos de Negociudad y sus conflictos. Sin embargo, al llegar a la mitad, la película decae mucho. Aparece una tribu de adolescentes y niños que confunde a Max con una especie de divinidad y se comienza respirar un ambiente infantil, para toda la familia. En definitiva, violencia muy edulcorada. Olvidaos de las escenas brutales que podemos ver en las dos primeras Mad Max, pues en este final de la trilogía no veréis absolutamente nada de eso. Quizás, demasiada influencia del cine de Spielberg de la época. 



La historia y el guión son muchísimo más complejos, y se cimentan en varias líneas argumentales: la tribu, los esbirros de Tía Ama, la redención de Max y la pequeña trama que envuelve al personaje de Bruce Spence. Esto tiene sus pros y sus contras. Por un lado, ofrece nuevas perspectivas, entornos y personalidades colectivas a la franquicia, y le insufla un soplo de aire fresco a la franquicia. Sin embargo, se aleja demasiado de la esencia de las anteriores. Además de la ausencia de violencia, el personaje de Max Rockatansky, con una edad entre los 40-50 años, ya no es el mismo antihéroe que vimos en la segunda película, que obraba buscando únicamente su beneficio y sin pensar en los demás. Aquí obtiene su redención y se da cuenta de que hay que vivir el presente, sin caer una y otra vez en los recuerdos de un pasado tormentoso. En realidad, no es un mal camino para enfocar el personaje, pues el final es, en mi opinión, muy satisfactorio, y eleva a Max como una leyenda de este nuevo mundo post-apocalíptico, pero es muy diferente a lo que vimos anteriormente en la franquicia. 



En el campo técnico, la película es un prodigio visual. El diseño artístico y de producción son sensacionales, y suponen una importante innovación en lo que respecta, no solamente a la saga, sino también al cine fantástico y de ciencia ficción. Es difícil de olvidar aquella escena en la que vemos un avión sepultado en la arena del desierto, bajo una puesta de sol , o el maravilloso final, tan bello como visionario. Además, la banda sonora de Maurice Jarre es muy superior a lo ofrecido por Brian May en Mad Max y Mad Max 2, y contribuye en gran parte al factor espectáculo del film. Finalmente, Mel Gibson se consagra como Max Rockatansky, mostrando un aspecto mucho más maduro del personaje, mientras que Tina Turner desempeña correctamente un interesante papel de villana carismática. 

Beyond Thunderdome es una película diferente. Obviamente, pertenece a la franquicia de Mad Max, pues comparte ambientación, contexto y algunos personajes, pero por otro lado, tiene una identidad propia. La gama de colores, sus escenas de excepcional belleza artística, sus referencias bíblicas y aspectos religiosos, y ese estilo ochentero de cine de aventuras terminan por contagiar este final de la saga que, si bien es distinto y rompe en esencia con las anteriores, ofrece un revolucionario y lujoso entretenimiento que pone punto y final al personaje de Max de manera más que digna. 

Valoración: 3.5/5








martes, 16 de junio de 2015

Mad Max 2: el guerrero de la carretera


Título original: Mad Max 2: The Road Warrior
Año de estreno: 1981
Director: George Miller

Trailer:




En 1979, George Miller resucitó el cine australiano con Mad Max, película cuyas virtudes cinematográficas se han visto mermadas con el paso del tiempo. Con un modesto presupuesto de 350.000 dólares, el film recaudó 100 millones de dólares, convirtiéndose en un gran éxito y una película denominada ``de culto´´. Dos años más tarde, y prácticamente con el mismo equipo técnico (repetía George Miller como director y Mel Gibson como actor principal), se estrenó la secuela, que esta vez contó con alrededor de 4 millones de presupuesto. Vi el film con muchísima expectación, pues la crítica, tanto profesional como amateur, la eleva como una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia del cine. Y, ciertamente, no se equivocan. The Road Warrior es frenética, alocada, salvaje y, sin lugar a dudas, muy superior a su antecesora. ¿Por qué? fácil. 

En primer lugar, la premisa inicial de la original era simple, y aunque resultaba innovadora e interesante, estaba mal ejecutada a lo largo del desarrollo del propio film. En Mad Max, se nos muestra un mundo a caballo entre el actual y el post-apocalíptico, y apenas se toca el tema de la lucha por los recursos y materias primas. Todo se centraba en el policía Max Rockatansky y en su vida laboral y privada, lo que resultaba algo pesado para el espectador. Resulta muy sorprendente que, en el prólogo de esta Mad Max 2, se nos narra con mayor fluidez, espectacularidad y eficacia los eventos que suceden en la primera película, además de explicar el inicio del holocausto nuclear. Mi sensación al contemplar esta breve secuencia inicial se resume en una frase: el prólogo es mejor que toda la película anterior. Creo que no exagero, y a medida que avanza el film, vemos una historia mucho más interesante, mejor narrada, mejor construida y cimentada en un buen guión, cuya premisa no es demasiado compleja, pero esta vez sí está bien ejecutada. 



Otro punto destacado de esta segunda película son los personajes. A diferencia de lo que ocurría en Salvajes de autopista, donde, a excepción de Max y su esposa, el resto de personajes eran planos y realmente no transmitían nada al espectador, en esta segunda vemos un buen puñado de ellos, bien caracterizados y con verdadero peso en el film, como el Capitán Gyro (que sufre una importante evolución), el niño del boomerang, el villano Humungous o el pandillero Wez. Pero, sin duda, la verdadera estrella de la función es Max. Aquí conocemos al verdadero guerrero de la carretera, que vaga por los páramos junto a su fiel perro, en busca de gasolina para sobrevivir en un mundo destruido por el holocausto nuclear. Mel Gibson se desata y da vida al personaje de una forma excepcional, mostrando una mayor madurez interpretativa y una nueva perspectiva del mítico Rockatansky que lo posiciona entre los héroes más célebres del celuloide.

El aumento del presupuesto se nota, y en esta segunda parte vemos más explosiones, más acción, más violencia y mayor espectacularidad en las persecuciones. El clímax y la secuencia persecutoria final son sensacionales, y mantiene al espectador atento a la pantalla, mostrándonos escenas que quedarán para siempre en la memoria de los aficionados al cine fantástico y de ciencia ficción. En lo visual y sonoro, la película también es magnífica. Todo está cuidado, detallado y hecho con mimo por un George Miller que, parece, que en esos dos años entre el primer y este segundo film de la franquicia, aprendió mucho, sobre todo en lo referente a la dirección y construcción de un buen guión. 



Mad Max 2: el guerrero de la carretera es tan buena que no es necesario ver la primera película para entenderla y disfrutarla, pues el excepcional prólogo nos pone rápidamente en contexto y situación. Su historia y guión, plagados de espectaculares, míticas y emocionantes escenas, acompañados de los múltiples detalles al cine fantástico, la gran banda sonora, los efectos visuales y una óptima dirección de Miller convierten a esta secuela en un producto de enorme calidad cinematográfica, tanto para aficionados a este tipo de cine como al amante del mundo del séptimo arte en general. Sin duda, Max Rockatansky y Mel Gibson merecen ser recordados una y otra vez por esta brutal, y absolutamente superior a la original, The Road Warrior. Bienvenidos al mundo de Max, al mundo de Mad Max. 


Valoración: 4.5/5

  






lunes, 15 de junio de 2015

Mad Max: salvajes de autopista


Título original: Mad Max
Año de estreno: 1979
Director: George Miller

Trailer:




Es innegable que el apocalipsis nuclear es una de los temas más frecuentes en el campo del cine fantástico y de ciencia ficción. Por supuesto, no todo se limita al mundo del séptimo arte. Novelas actuales como Metro 2033, del escritor ruso Dmitry Glukhovsky , o franquicias de videojuegos como Fallout, se influyen enormemente por la que sería la película que resucitase el cine australiano: Mad Max. 

En su idea inicial, lo cierto es que no es una obra ni mucho menos compleja. Hablamos de una historia encuadrada en un futuro no muy lejano, en el cual recursos, tales como agua o gasolina, escasean y toman una especial importancia. Lógicamente, este mundo post-nuclear no está exento de malhechores, y los robos, violaciones y demás crímenes están a la orden del día. La policía, que ha sufrido una cierta (pero no en exceso) renovación, se encarga de mantener el orden público y de patrullar las diferentes zonas, sectores y nexos de unión entre ellas, como carreteras o autopistas. 
Partiendo de este concepto, Miller construye una simple línea argumental, mostrándonos la vida diaria de Max Rockatansky, un policía, con mujer e hijo, y encargado de vigilar una autopista, transitada por chusma de todo tipo. En una de las persecuciones entre Max y criminal (Jinete Nocturno), el segundo muere, lo que será utilizado como pretexto de venganza por una banda de moteros cuyo líder era el propio Jinete Nocturno. Esa es la premisa principal de Mad Max, simple pero eficaz. Sin embargo, hay dos grandes problemas en la película. 



En primer lugar, el guión está muy mal enfocado y cuenta con numerosos agujeros, error que, un montaje defectuoso, agrava aún más. Las secuencias del film son inconexas y están mal explicadas y encajadas en la trama principal. Por suerte, el frenético ritmo y las pocas, pero espectaculares, escenas de acción, suavizan este problema en una pequeña parte. Realmente, de los 90 minutos que dura la película, solo los últimos 40 se enfocan en la violencia desatada y en la historia de venganza del protagonista, quedando como relleno toda la primera mitad del film. 

El segundo gran problema, es el paso del tiempo. Seamos sinceros, Mad Max ha envejecido mal, muy mal. Ni su acción resulta espectacular, ni tampoco el guión y la historia son algo nunca vistos. Por tanto, nos queda que la película de Miller solo destaca por su cuidada ambientación y por su concepción futurista, que resulta fundamental para el desarrollo de la temática de ciencia ficción en la cultura actual. En el resto de apartados, el film es del montón, sin caer en la mediocridad pero sin brillar bajo ningún concepto. 





Los personajes, a excepción de Max y su esposa, son planos y sin especial relevancia en el desarrollo argumental. Ni El Ganso (que hace de escudero de Max en la primera mitad de la película) ni el villano principal resultan carismáticos e importantes para el espectador. Por su parte, las actuaciones son correctas, sin más. Un jovencísimo Mel Gibson da vida a Rockatansky sin demasiada brillantez, pero cumpliendo en todo momento, mientras que el resto tampoco destaca especialmente. 

En resumidas cuentas, tenemos una película que, en su día, deslumbró por su moderna concepción del futuro y por su ambientación post-apocalíptica, pero que hoy en día ofrece una fórmula simple y vacía, cimentada en una idea rematadamente buena que, sintiéndolo mucho, creo que el señor George Miller y su equipo no supieron plasmar de forma correcta. Es entretenida e innovadora para su tiempo, y elevó al estrellato a Mel Gibson, además de servir de primer paso de la leyenda del personaje de Max Rockatansky en el cine de acción/ciencia ficción. Sin embargo, a mi entender, está muy lejos de la excelencia de la que muchos hablan, por lo menos en términos de calidad cinematográfica, tanto en el campo de la ciencia ficción como en la de la cinematografía en general.

Valoración: 3/5


domingo, 14 de junio de 2015

Jurassic World



Título original: Jurassic World
Año de estreno: 2015
Director: Colin Trevorrow




Por fin llegó el día. Catorce años después del estreno en cines de Parque Jurásico III, llega la cuarta entrega de la franquicia, dirigida por Colin Trevorrow (responsable de Seguridad no garantizada) y con Steven Spielberg, creador de la saga, como productor y supervisor. Había mucho miedo en el fan de Jurassic Park. ¿Qué nos íbamos a encontrar?, esa posiblemente fuese la pregunta más común en todos nosotros. Si recordamos, las dos primeras secuelas de Parque Jurásico no tuvieron una buena recepción de crítica, pese a que lograron reventar la taquilla y convertirse en grandes éxitos comerciales. Por mi parte, son películas entretenidas, espectaculares y que, pese a estar un par de peldaños por debajo de la original, son muy disfrutables y dignas de la maravillosa película original de 1993. Ahora bien, ¿qué me ha parecido esta Jurassic World? . Lo primero, es que salí de la sala de cine con una gran sonrisa, y con la misma sensación que cuando vi, de niño y por primera vez, la Jurassic Park original. Y eso es mucho decir. Básicamente, porque ni El mundo perdido: Jurassic Park ni Parque Jurásico III lograron esa sensación en mi. Esta cuarta película de la conocida franquicia prehistórica es, a todas luces, sensacional y maravillosa, y recupera un elemento crucial del film original: la magia. Desde que comienzan los créditos iniciales, la obra de Trevorrow conquista al espectador, tanto al aficionado de la saga y aquel que disfrutó en su tiempo de la original, como a las jóvenes generaciones, acostumbradas a la espectacularidad del cine actual. Jurassic World tiene elementos para todos: acción, aventuras, suspense, líneas temáticas sobre la ética en la genética y también un enfoque hacia las finanzas y la moralidad sobre la manipulación antrópica de la naturaleza. 



El argumento vuelve a situarnos en Isla Nublar, el mismo entorno de la primera Jurassic Park, a diferencia de la segunda y tercera película. Esta vez, nos encontramos ante un parque de dinosaurios mucho más moderno y revolucionario, repleto de atracciones interactivas (como las giroesferas), tecnología y, por supuesto, nuevas especies de dinosaurios, algunas de ellas provocadas por cruces genéticos. Y aquí es donde la película toma tres líneas argumentales diferentes. En primer lugar, tenemos toda la trama que gira en torno al Indominus Rex, el nuevo dinosario, creado a partir de genes de Tiranosaurio y otras especies prehistóricas. Se podría decir que es el tema principal de la película, pero quizás ha faltado mayor profundidad y explicación de la idea. Después, tenemos las peripecias vividas por dos hermanos (como en la primera película, aunque en esta ocasión, son los dos chicos), que enlazarán con la tercera y última trama, la que tiene al personaje de Chris Pratt como protagonista: la domesticación de los Velocirraptores y su posterior enlace con la compañía InGen, que aquí regresa como el principal obstáculo para los planes de los protagonistas, como ocurría en The Lost World. El guión, sin ser una maravilla, esta mucho mejor construido que en las dos anteriores películas. Tiene la profundidad argumental de la segunda, pero sin llegar a aburrir, como si ocurría en esta, y el dinamismo y variedad de situaciones de la tercera, pero sin ser tan enclenque en su concepto inicial y posterior desarrollo. Digamos, de alguna forma, que Jurassic World coge lo mejor de cada película de la saga y lo mezcla, aportando, obviamente, ideas nuevas, y siempre mirando al pasado, con abundantes referencias y homenajes, algunos de ellos extremadamente buenos. 



En lo referente a los dinosaurios que podemos ver en la película, es preciso destacar al ya mencionado Indominus Rex, de mayor tamaño que el Tiranosaurio y con algunas habilidades extraordinarias, como el camuflaje o la gran inteligencia que posee. Funciona como villano de la película, de forma similar a lo que ocurría con el Spinosaurus en Parque Jurásico III, mientras que el T-Rex, pese a que no tiene muchos minutos en pantalla, destila espectáculo y nostalgia a partes iguales cuando aparece. También son parte importante de la trama los Velocirraptores, que son domesticados y cuidados, de alguna forma, por el ex-militar y experto en estas criaturas, Owen. Otro dinosaurio que, sin duda, tiene un papel importante en la película, es el enorme Mosasaurus, una criatura marina que devora tiburones de gran tamaño. La selección la completan, entre muchos otros, el clásico y ya conocido Triceratops, o el Pteranodon volador. 

Otra gran sorpresa de la película son los actores, especialmente los principales. El personaje de Owen, interpretado de forma magistral por Chris Pratt, no es Alan Grant de Parque Jurásico, pero posee un gran carisma, aspecto chulesco y lo más importante, una gran química con su compañera Claire (correcta interpretación de Bryce Dallas Doward), que además está impregnada de un tono cómico y romántico (amor/odio) al mismo tiempo.


Visualmente, la película es gigantesca. Los efectos especiales son maravillosos, pese a, en ocasiones, abusar en exceso del CGI. Los dinosaurios son más reales que nunca, el I-Rex (abreviación del Indominus Rex) es terrorífico y recuerda, en gran medida, el factor de terror-suspense que aportaba el T-Rex en la primera Jurassic Park. Lamentablemente, Stan Winston (que falleció en 2008) no ha podido ver este prodigio visual y técnico, pero estoy completamente seguro de que estaría muy orgulloso de lo que se ha logrado hacer en este regreso de la franquicia, tanto por su calidad como por su espectacularidad. En el apartado sonoro, todo son elogios para Michael Giacchino, que adapta perfectamente los temas clásicos de la franquicia (Jurassic Park y The Lost World), compuestos en su día por el mítico John Williams. 

Y todo esto, chicos y chicas, es Jurassic World, una película mágica que nos transporta en el tiempo al año 1993, a la puerta de los cines de aquellos años, a la cartelera donde se podía observar el cartel de Parque Jurásico, a todos aquellos que, escépticos, entraron en la sala sin saber lo que se encontrarían, y salieron maravillados por tal inolvidable y atemporal película. Lo cierto es que, de no ser por su tramo final, bastante acelerado y con algunos detalles que no me terminaron de gustar, estaríamos, y no exagero, ante una obra a la altura de la original Jurassic Park. Sin embargo, este colosal regreso a Isla Nublar, veintidós años después, se encuentra a tan alto nivel, que será muy difícil de superar en el campo del cine de aventuras, ciencia ficción y, por supuesto, en lo referente a nuestras queridas criaturas prehistóricas. 

Valoración: 4/5



sábado, 13 de junio de 2015

Parque Jurásico III


Título original: Jurassic Park III
Año de estreno: 2001
Director: Joe Johnston

Trailer:




La maquinaria de Hollywood volvió a ponerse en marcha tras el estreno de The Lost World, que fue un éxito de taquilla innegable, pese a no conquistar a la crítica profesional. Steven Spielberg decidió apartarse de la dirección, dejando a su colega Joe Johnston (que ya intento convencerle para dirigir la segunda), responsable de películas como ``Jumanji´´, al mando. Así, en el año 2001, Jurassic Park III veía la luz. La película fue vapuleada por la crítica, tanto por los medios cualificados como por el público en general. Sinceramente, no entiendo esa postura, pero vamos a ir paso por paso. 

Esta tercera entrega de la franquicia nos lleva de nuevo a Isla Sorna, el ``Sitio B´´, pero mostrándonos una visión más salvaje de la misma. Han pasado varios años después de la segunda película, y esta reserva natural de dinosaurios ha sido preservada y calificada como lugar restringido. Como es natural, en el prólogo se nos cuenta un hecho que condicionará por completo el devenir del film. 
El guión es sencillo, no se come demasiado la cabeza, e impregna la película de un tono más infantil, en gran parte por la línea argumental de la familia Kirby. Esto es, de largo, el mayor error de Jurassic Park III. Los personajes, a excepción de los clásicos Alan Grant (interpretado de nuevo por Sam Neill) y Ellie Sattler (interpretada por Laura Dern, aunque relegada a un papel secundario) son planos, sin apenas carisma ni una evolución a lo largo del desarrollo de la trama, al igual que ocurría en su predecesora. Sin embargo, esta tercera aventura prehistórica triunfa en un campo en el cual ``El mundo perdido: Jurassic Park´´ erraba por momentos: el entretenimiento. Este regreso a la Isla Sorna es trepidante, dinámico y cargado de escenas espectaculares y nuevos dinosaurios (como el enorme y agresivo Spinosaurus, o el mítico Pteranodon). Esto último es un aspecto del que me gustaría hablar un poco más en profundidad. 



En las dos primeras películas de la saga, la verdadera estrella prehistórica era el Tiranosaurio, sin duda un icono del cine fantástico y de ciencia ficción, y uno de los dinosaurios más famosos a día de hoy. Esta vez, se decidió relevar al T-Rex de este protagonismo, en detrimento del Spinosaurus, un enorme carnívoro con extremidades superiores de mayor longitud, una gran aleta (con la que regula su temperatura corporal) y una agresividad desbordante. Realmente, la criatura mostrada en la película es una combinación genética de varias especies, entre ellas el propio Spinosaurus Aegyptiacus (que se alimentaba de peces y criaturas marinas, ya que gracias a la ya mencionada aleta, podía sumergir, casi en su totalidad, su cuerpo en el agua). Esto enfureció mucho a los fans de la saga, pues en Jurassic Park III se muestra un enfrentamiento entre el mítico y nostálgico Tiranosaurio, y el novedoso y temible Espinosaurio, en una espectacular escena que acaba con la victoria de la nueva estrella del film. Desde mi punto de vista, y dejando claro el cariño que tengo hacia el T-Rex, pienso que este cambio fue correcto, y además, acorde con algunos momentos célebres de la película, como el clímax final en el río. 



``Parque Jurásico III´´ es, de largo, mucho más entretenida y emocionante que su predecesora, pese a ser más enclenque, argumentalmente hablando. Por otro lado, la duración del film (90 minutos) es mucho más adecuada para la historia que se nos cuenta, mientras que en The Lost World, el guión era más complejo, pero se estiraba y se estiraba hasta aburrir al espectador en algunos momentos. En el aspecto visual, técnico y sonoro, nos encontramos ante una gran obra de ciencia ficción y aventuras. John Williams no repite, pero Don Davis adapta correctamente el tema principal de Jurassic Park, y los efectos especiales, a cargo, nuevamente, de Stan Winston y la industria Light&Magic, recrean de forma sensacional estas criaturas prehistóricas (con algunos cambios muy interesantes en el caso del Velocirraptor, que cuenta con un nuevo look). La película, en términos generales, es una obra comercial y destinada, puramente al entretenimiento. Aquí no encontraréis líneas argumentales de moralidad ni ética científica, como en la primera Jurassic Park, ni tampoco discursos naturalistas sobre la protección del medio ambiente de la Isla Sorna, como en The Lost World, pero si hallaréis un buen film de aventuras, con un ritmo y desarrollo adecuados, y una dirección más que correcta. No alcanza ni de lejos el nivel de la película original, pero si está a la par de la segunda. Más de lo mismo, pero sigue funcionando igual de bien. 

Valoración: 3.5/5







viernes, 12 de junio de 2015

El mundo perdido: Jurassic Park


Título original: The Lost World: Jurassic Park
Año de estreno: 1997
Director: Steven Spielberg

Trailer:




El cine, además de un arte, es un negocio. Esto ha quedado demostrado a lo largo de la historia. Múltiples secuelas, remakes y demás productos derivados de otros de mayor calidad (al menos, en la gran parte de los casos). Jurassic Park no es una excepción. Tras el enorme éxito de la primera película en 1993, Michael Crichton, responsable de la novela original, escribió una continuación llamada ``El mundo perdido´´, que contaba una historia alejada de la Isla Nublar, Allan Grant y demás eventos narrados en ``Parque Jurásico´´. Dos años después, de nuevo Steven Spielberg se encargaría de adaptar la novela a la gran pantalla.

El resultado dista mucho de la excelencia de su predecesora, pero no me malinterpretéis: The Lost World no es una mala película, ni mucho menos. En líneas generales, se trata de un buen film de acción y aventuras, con un buen puñado de escenas para la memoria y engalanado con unos efectos especiales y banda sonora sensacionales. Pero vayamos por partes.

En esta segunda parte, la acción se transporta a Isla Sorna, denominada ``Sitio B´´, en la cual los dinosaurios viven en libertad, permitiendo así su procreación. John Hammond pretende preservar este parque natural y mantenerlo alejado de los ojos de la civilización y la empresa de ingeniería genética InGen. Para ello, necesita un completo trabajo de investigación y dosier fotográfico con los que demostrar la viabilidad de esta reserva natural y evitar que la acción antrópica regrese a Isla Sorna. Lo cierto es que la premisa está bastante bien y aporta un punto de originalidad respecto a la primera Jurassic Park. Sin embargo, esta secuela falla en varios puntos clave. 


En primer lugar, el ritmo de la película es muy irregular. Si su predecesora era una montaña rusa de emociones, con escenas que mezclaban el terror con la espectacularidad y el asombro, esta adolece de un desarrollo lento, pausado y que causa bastantes bostezos en algunos momentos concretos. La línea argumental de los exploradores de InGen, que pretenden capturar los dinosaurios de la isla y transportarlos a un idílico zoo prehistórico en San Diego, es soporífera y absurda, en especial en torno al personaje de Pete Postlethwaite. 

Después, pienso que el personaje de Jeff Goldblum (sobre el que recae gran parte del peso del film) esta enfocado de forma equivocada. Se supone que es el personaje principal junto al de Sarah, interpretado por Julianne Moore, pero ni sufre una evolución a lo largo de la película, ni tampoco aporta nada en pantalla (aparte de los insoportables comentarios sobre su hija gimnasta), pese a que la actuación esta bastante correcta. 



Finalmente, el tramo final de la película (que transcurre en San Diego) es flojo y aburrido. Si, hay momentos que quedaron para el recuerdo, como el del fotograma de arriba, o la incursión del Tiranosaurio en una urbanización de viviendas, junto con la ya mítica escena final (que muestra la nueva vida de estas criaturas prehistóricas en Isla Sorna), pero en general es una copia descarada del final de ``King Kong´´ y sin apenas frescura y emoción, con muy poco ritmo. 

Todo esto hace que ``El mundo perdido: Jurassic Park´´ no alcance ni de lejos el nivel de ``Parque Jurásico´´. Sin embargo, su apartado visual y sonoro (gigantesco), el Tiranosaurio (que aquí se consagra definitivamente como la estrella de la franquicia) y una más que correcta dirección del maestro Steven Spielberg (buena elección de casting) hacen de The Lost World una buena secuela de la original, y una película grande en muchos de sus aspectos. Su presupuesto fue de 73 millones de dólares (10 más que la anterior), y recaudó algo más de 600 millones de dólares, confirmándose como un éxito de taquilla y dando pie a la realización, cuatro años más tarde, de una nueva secuela, esta vez sin Steven Spielberg detrás de la cámara, pero de eso ya hablaremos. 

Valoración: 3.5/5




jueves, 11 de junio de 2015

Parque Jurásico


Título original: Jurassic Park
Año de estreno: 1993
Director: Steven Spielberg

Trailer:


Si tuviese que quedarme con una película que marcó mi infancia, esa sería, sin duda, Parque Jurásico, por encima de otras como ``Alien, el octavo pasajero´´ o ``La guerra de las galaxias´´. Esa película tiene algo especial. En su tiempo, la crítica profesional fue dispar en sus opiniones. Unos la calificaron de obra maestra y clásico instantáneo, mientras que otros la tacharon de obra comercial y entretenida, pero sin llegar a niveles de excelencia cinematográfica. 

Realmente, la obra de Spielberg destaca por los pequeños detalles. En su idea base (tomada de la novela del mismo nombre publicada en 1990 por Michael Crichton), Jurassic Park no brilla en gran medida. Nos encontramos con un parque de dinosaurios, establecido en la ficticia Isla Nublar, y producto de la empresa InGen. En la novela, se hacía una mayor referencia a la ética sobre la creación de estas criaturas mediante ingeniería genética, además de un tono general más oscuro y una perspectiva mucho más amplia de las instalaciones y el origen del sueño hecho realidad por John Hammond. Sin embargo, la obra de Crichton, a día de hoy, apenas es recordada, pues la narración de las escenas queda, bajo mi punto de vista, en un segundo plano, dejando las líneas temáticas sobre la reflexión moral y la genética en una mayor relevancia. Steven Spielberg, director de otras emblemáticas películas como ``En busca del arca perdida´´ o ``Encuentros en la tercera fase´´, enfoca el film en base a la espectacularidad y la estética. La mítica escena del Tiranosaurio atacando al Doctor Allan Grant y los nietos de Hammond, o la magistral conclusión, son imágenes que han quedado grabadas en la retina del público. Y eso es que lo que hace grande la película. 


Obviamente, otro aspecto realmente importante de reseñar, son los efectos especiales. Jurassic Park cambió por completo la forma de representación de estas criaturas prehistóricas en el mundo del cine. Aparecieron los enormes animatrónicos, construidos por el especialista Stan Winston y la Industrial Light&Magic, que provocaron terror y asombro a partes iguales en los cines de aquel ya lejano año 1993. No hay que olvidar que todo esto no sería lo mismo sin la magnífica e inigualable banda sonora a cargo del compositor John Williams, una eminencia que ya ha demostrado su valía en películas como ``Tiburón´´, también de Spielberg, o ``Star Wars´´. La melodía de Parque Jurásico es de las más icónicas del mundo del cine, y se lo ha labrado a pulso. 


El conjunto es absolutamente memorable. El apartado artístico y visual del film, junto con la música, las actuaciones (enorme Sam Neill interpretando a Allan Grant, y sensacional Jeff Goldblum como Ian Malcolm) y una perfecta plasmación de la idea original vista en la novela de 1990, con un añadido de espectacularidad y grandeza, hacen de Parque Jurásico una de las mejores películas de la historia del cine, que cambió la forma de ver a los dinosaurios en una pantalla de cine y les dio la imagen que se merecen. Con un presupuesto de 63 millones de dólares, la película recaudó algo más de 1000 millones de dólares, y fue un éxito de taquilla brutal, que derivó en infinidad de productos como juguetes, figuras de acción y demás merchandising. Cuatro años más tarde, en 1997, el mismo Steven Spielberg dirigiría la secuela, ``El mundo perdido: Jurassic Park´´, también basada en la novela homónima de Michael Crichton escrita en 1995, pero el impacto no fue ni de lejos igual que en la primera película. Generó una franquicia, pues en el año 2001 se estrenaría ``Jurassic Park III´´, y mañana, 12 de junio de 2015, verá la luz la nueva visión de este parque de dinosaurios, ``Jurassic World´´, dirigida por Colin Trevorrow y supervisada por el creador de la franquicia, Steven Spielberg. Ya hablaremos de estas tres secuelas, pero en lo que respecta a esta primera Jurassic Park, queda poco más que decir. Excelente. 

Valoración: 4.5/5