Título original: Halloween 4: The return of Michael Myers
Año de estreno: 1988
Director: Dwight H. Little
Un icono. Sin lugar a dudas, Michael Myers es uno de los antagonistas más famosos y célebres de la historia del cine. Un asesino despiadado cuya razón de ser es el desencadenamiento del mal y el exterminio de todo aquel que se cruce en su camino. Y es precisamente esto lo que el público ve en el personaje, así como lo que espera ver en una película de la saga Halloween. Sin embargo, el aficionado más fiel de la franquicia se sintió traicionado por John Carpenter, Debra Hill y Moutapha Akkad cuando acudió al cine a ver Halloween III: Season of the Witch y se encontró con una historia totalmente distinta a la de las dos primeras películas, olvidándose de personajes tan queridos como Laurie Strode o el propio Michael Myers, y siguiendo un camino más cercano al género fantástico y de ciencia ficción de los 50. En definitiva, fue un fracaso, tanto a nivel de aceptación por el público como a nivel puramente crítico. El film dio dinero (costó 2,5 millones y recaudó 14 en EE.UU) pero los productores esperaban un mayor éxito en taquilla y aquí es donde los padres de la saga, los Carpenter, Debra Hill, Akkad, Tommy Lee Wallace y otros muchos, se separaron. Tras el estreno de la tercera película, pasaron seis largos años hasta que pudimos ver otro film de Halloween.
Los derechos de la franquicia fueron vendidos a Trancas International Films, y el productor Moustapha Akkad sugirió la vuelta del personaje de Michael Myers, retomando así la fórmula de las dos primeras partes y obviando el cambio de aires que, en principio, iba a tomar la saga tras la tercera. Por su parte, y pese al fracaso de El día de la bruja, John Carpenter escribió un guión de Halloween 4 en el cual se contaba una historia relacionada con las dos primeras, pero sin incluir a Myers ni recurriendo a la clásica fórmula del slasher. La idea original de la cuarta parte era un relato de terror psicológico, ambientado en Haddonfield, y en el cual los familiares de las víctimas de Halloween y Halloween II sufrían alucinaciones y experiencias paranormales influidas por el mítico asesino de la máscara pálida, resultando un guión mucho más complejo y ''cerebral'' (así lo denominó Akkad cuando lo leyó por primera vez). Los productores se opusieron a la idea de Carpenter y decidieron realizar un slasher convencional, resucitando a Michael Myers y desarrollando una idea mucho más cercana a las entregas de Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street. Como consecuencia, los creadores de la franquicia, John Carpenter y Debra Hill, abandonaron el proyecto y no volvieron a participar más en ningún film de Halloween.
Tras la marcha del cineasta neoyorquino, su guión fue desechado y se contrató a Alan McElroy para que continuase la historia de Halloween II: ¡Sanguinario!, pese a que retomar esta premisa resultaba algo incoherente con el desenlace del film de Rick Rosenthal. Esta nueva idea si convenció a los productores y se dio luz verde a la cuarta entrega. El regreso de Michael Myers se estrenó en 1988, seis años después de Halloween III, contando con un presupuesto de 5 millones de dólares (el doble que en las dos anteriores). Pese a traer de vuelta al personaje de Myers, esta cuarta película marcó la decadencia de la saga en taquilla, recaudando 17 millones de dólares, 3 millones más que la anterior. Aún así, al público le gustó, pues regresaba Sam Loomis, Michael Myers, y en esta ocasión se sustituyó el personaje de Laurie Strode por el de Jamie Lloyd, su hija. Halloween 4 originó una propia trilogía dentro de la saga, que comparte personajes, ambientación y trama con dos filmes posteriores: Halloween 5: la venganza de Michael Myers y Halloween: la maldición de Michael Myers.
Se nota claramente la ausencia de Carpenter y Debra Hill en esta cuarta película de la saga. El tratamiento de la idea y el desarrollo de la historia ya no son igual de fluidos, y el guión es demasiado rebuscado en comparación con las anteriores Halloween. Partiendo de la base, la premisa de Halloween 4 está muy cogida con pinzas, y la ausencia de cierto personaje va de la mano con una explicación muy poco creíble. Además, ciertas escenas son inconexas y carecen de la fuerza necesaria, en especial las que incluyen a Sam Loomis. Es cierto que hay buenas ideas, como el personaje de Jamie Lloyd, hija de Laurie Strode y Jimmy Lloyd (el chico del hospital que flirteaba con Laurie en Halloween II), la respuesta de los habitantes de Haddonfield ante la amenaza de Michael Myers, o la pequeña subtrama amorosa entre el personaje de Rachel y Brady, pero en general se trata de un guión muy plano y que podía haber dado mucho más de si. Danielle Harris lo borda como Jamie Lloyd, sorprendiendo gratamente por su edad y por su desparpajo a la hora de enfrentarse a su tío Myers. Mientras, Donald Pleasence vuelve a interpretar al doctor Sam Loomis, que será quien vuelva a perseguir a su ex paciente a lo largo de toda la película. El resto del reparto cumple sin más, destacando a Ellie Cornell como Rachel y a Beau Starr como el comisario Meeker.
En el apartado artístico, Halloween 4 recurre a un estilo visual clásico ochentero, alejándose del estilo giallo de la segunda entrega. Predominan los tonos ocres, marrones y naranjas, lo que en ocasiones sobrecarga ciertas escenas del film. Peter Lyons Collister se encarga de la fotografía, tras la negativa de Dean Cundey de repetir en esta cuarta película (fue el director de fotografía de las tres anteriores), y el resultado es aceptable, pero distando mucho de lo visto en sus predecesoras. Aquí vemos a Michael Myers en todo su esplendor, sin recurrir a las sombras ni a la oscuridad para crear un mayor suspense en el espectador. Ni rastro de la degradación de luz, ni del cambio de ángulos, pero en la secuencia final si encontramos el recurso de la primera persona, y utilizado de forma muy satisfactoria. A nivel de sangre, no destaca dentro de la propia franquicia pero se sitúa al mismo nivel de ¡Sanguinario!
La marcha de John Carpenter deja al plano musical sin una de sus patas, quedando Alan Howarth como único compositor para esta cuarta entrega. A excepción del tema principal de Halloween, el resto de temas son realizados por Howarth, que recrea el estilo del neoyorquino sin la misma magia, pero con la misma eficiencia. Aún siendo un apartado más que correcto, la banda sonora de este cuarto Halloween es la peor de las cuatro primeras.
Halloween 4: El regreso de Michael Myers es una aceptable secuela, muy similar a otras continuaciones de slashers de la época, por lo que recurre a tópicos como la inmortalidad del asesino, el exagerado bodycount, o los truculentos asesinatos de adolescentes. Sin embargo, es un slasher decente, con un ritmo adecuado, escenas icónicas dentro de la saga y un final impresionante, que no supieron utilizar a su favor en la quinta película. Pese a todo eso, las incoherencias argumentales, el flojo guión y la horrible caracterización de Myers lastran demasiado a un film que no está ni entre los mejores, ni entre los peores de la franquicia de Halloween. Se deja ver, pero está muy por debajo de las dos primeras películas. En otras palabras, cuesta abajo y sin frenos.
Valoración: 2,5/5