Título original: Halloween
Año de estreno: 1978
Director: John Carpenter
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=T5ke9IPTIJQ
https://www.youtube.com/watch?v=T5ke9IPTIJQ
Miedo. El ser humano tiene miedo a muchas cosas. Unos temen a las arañas o serpientes, otros a la oscuridad, y algunos simplemente viven intentando alejarse de todo tipo de preocupaciones, evadiéndose del mundo real. Pero hay algo que todos, o por lo menos cualquier persona cuerda, teme: la muerte. Y eso es algo que ha sido duramente explotado en el cine, así como en series de televisión y libros. También podemos hablar de otro concepto que explica, muy fácilmente, el éxito de las películas ''slasher'' (por su traducción, de cuchilladas o machetazos), y es que al público le gusta ver morir a gente en la pantalla, es el morbo, la identificación con los personajes y el dramatismo de la historia que se cuenta, ni más ni menos.
Alfred Hitchcock atemorizó a los espectadores de todo el mundo con su obra maestra, Psicosis (Psycho, 1960), una película que narraba con maestría y suspense la ficticia historia de Norman Bates, un asesino que idolatraba a su madre, así como los aterradores crímenes que este perpetró. 18 años después, un joven cineasta de 29 años llamado John Carpenter, junto con su compañera Debra Hill, ideó un proyecto de terror cimentado en la figura de las niñeras (las denominadas canguros, aquí en España). Pese a que solo había dirigido una película, Asalto a la comisaria del distrito 13 (Assault on Precint 13, 1976) , el talento del director neoyorquino era indiscutible, pues su primer largometraje había cosechado buenas críticas y funcionado en taquilla, siendo considerada hoy en día como un obra de culto. Ese guión basado en asesinatos de niñeras fue evolucionando y acabó convirtiéndose en lo que hoy conocemos como Halloween, obra fuertemente influenciada por Psicosis y La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974).
La película fue rodada en 20 días, con un ínfimo presupuesto de 320.000 dólares (fueron 300.000 originalmente, pero tuvieron que ampliarlo en 20.000 para pagar a Donald Pleasence) y no fue apadrinada por ninguna gran productora, ventaja de la que si gozó una de las hermanas en su género, Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980). Compass International distribuyó el film en varias ciudades de los Estados Unidos, y, al contrario que ocurre en todas las películas cuando se estrenan, la recaudación en taquilla fue ascendente y no decreciente. Su éxito fue brutal, cuando nadie, ni tan siquiera el productor Moustapha Akkad ni el propio director John Carpenter imaginaban tal cosa. La película hizo un total de 70 millones de dólares en todo el mundo, y 47 millones en los cines de EE.UU, eso sin contar su éxito en videoclubs, merchandising y productos relacionados con el film. Halloween fue un éxito total y absoluto, y originó una larga saga de películas, al igual que ocurrió con otras franquicias de terror como Viernes 13, Pesadilla en Elm Street, Muñeco diabólico o La matanza de Texas.
Ciertamente, La noche de Halloween es una película de terror brillante en todas sus facetas. El guión es simple pero funciona a la perfección, plagado de situaciones terroríficas y sustos genialmente orquestados por Carpenter. Los clichés están presentes, pero su ejecución es tan notable que el resultado final es realmente bueno. El argumento nos presenta a la típica adolescente responsable, Laurie Strode, quien se verá acechada por un misterioso hombre que se ha fugado de un centro psiquiátrico: Michael Myers, que secuela tras secuela se convertiría en uno de los mayores asesinos del cine de terror.
En lo referente a los personajes, destacan claramente dos, y ambos llevan un importante peso en la trama, ajeno al del villano. El primero de ellos es la ya nombrada Laurie Strode, interpretada por una joven Jamie Lee Curtis, hija del matrimonio de Hollywood entre Tony Curtis y Janet Leigh (esta última interpretó el papel protagonista en Psicosis de Hitchcock). Su actuación es muy correcta, sorprendiendo gratamente en muchas escenas, en especial en su parte final, lo que la catapultaría al título de Scream Queen durante muchos años. El segundo personaje es el doctor Sam Loomis, antagonista de Michael Myers en la historia, interpretado por el gran Donald Pleasence, que desgraciadamente falleció en 1995 tras protagonizar la sexta entrega de la franquicia, Halloween: la maldición de Michael Myers (Joe Chappelle, 1995). Su actuación es fantástica, dotando a Loomis de una energía que contrasta con la pasividad de los policías y fuerzas de seguridad de Haddonfield. Literalmente, se come la pantalla cada vez que aparece, y sin duda fue una gran elección de casting. *Para el papel del doctor Loomis, Carpenter pensó inicialmente en Peter Cushing y Christopher Lee, pero ambos rechazaron la oferta. Años más tarde, Lee reconoció que se arrepintió de no haber querido participar en la película. El resto de actores cumplen sobradamente, destacando Nancy Loomis como Annie y Nick Castle como Michael Myers.
El pilar fundamental de la película, y una de las más poderosas razones de por qué funciona, es su banda sonora. Halloween cambia totalmente con música. Sin ella, seguramente hoy en día no se la recordaría de la misma forma. Y lo más sorprendente es que fue compuesta por el propio John Carpenter, que ya ocupaba las tareas de dirección, guión y producción, y en tan solo 4 días. Para ello, el realizador se valió de unos bongos que le regaló su padre cuando era adolescente, y gracias a un compás de amalgama de 5/4 (dos compases de 3/4 y 2/4) logró crear la base del tema principal del film. Después, al tocarlo en piano, el resultado fue simplemente aterrador. Así nació una de las BSO más famosas del cine de terror.
La fuerza de La noche de Halloween, a diferencia de lo que ocurre con otros slashers, radica única y exclusivamente en el suspense. Juegos de luces, degradación de la iluminación...todos son pequeños trucos que juntos conforman una gran genialidad. Esto se puede ver en una de las escenas de la película, en la que vemos a un Myers oculto en la oscuridad tras su víctima, y la luz va ofreciéndonos poco a poco un tenue pero espeluznante plano de su pálida máscara. En Halloween no hay sangre, no hay vísceras ni tripas. Aquí todo se sugiere, no se muestra. Mueren personas, pero se juega con las perspectivas, el punto de vista del asesino y apenas vemos una gota de sangre. Desgraciadamente, esto fue desapareciendo a lo largo de las secuelas hasta rebajarse al mismo nivel que los slasher gore de la época.
En definitiva, Halloween de John Carpenter es una obra maestra del cine de terror, un film aterrador e inmortal, que descansa en la cumbre del género junto a otros clásicos como El exorcista (William Friedkin, 1973) o la ya nombrada Psicosis. Después de 38 años, la película sigue funcionando igual de bien y cada plano es una oda al suspense y al buen cine. Pasarán décadas y décadas y este grandioso film de terror seguirá siendo recordado, tanto por su brutal éxito como por su enorme calidad cinematográfica. Una obra de Carpenter irrepetible, referente absoluto del slasher y del buen cine de terror.
Valoración: 4,5/5
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