Título original: Friday the 13th
Año de estreno: 1980
Director: Sean S. Cunningham
Trailer:
El cine de terror se encuentra en constante cambio. Atrás quedaron los míticos asesinos psicópatas que aterrorizaron a las masas en las décadas de los 80 y 90. El fenómeno 'remake' ha azotado duramente a estas emblemáticas figuras del horror, otorgando al público una visión recortada de sentimientos y corazón de títulos tan icónicos como Pesadilla en Elm Street (Wes Craven, 1984), La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974) o la que analizo en esta crítica de hoy: Viernes 13. Dejando de lado la reciente versión del 2009, o las numerosas secuelas de la franquicia, es vital reconocer la importancia de la primera película, la original Friday the 13th, de 1980.
El éxito de La noche de Halloween (John Carpenter, 1978) desató una oleada de cine slasher que copiaba punto por punto las pautas de la obra de Carpenter, tanto en su forma como en su desarrollo argumental. Paramount no desaprovechó la oportunidad, y tras asimilar la fórmula de este subgénero del terror, dio luz verde a un proyecto basado en la superstición occidental del viernes 13 (martes 13 en algunos países, como España, Perú o Chile). Los ingredientes del éxito estaban asegurados: adolescentes, sangre y cuchilladas, así como viejas reglas inquebrantables como la muerte de aquellos que practiquen sexo, y la supervivencia de la protagonista virgen. Así, la película se estrenó un viernes 13 de junio de 1980, con un presupuesto ínfimo de 550.000 dólares. El éxito en taquilla fue brutal, recaudando cerca de 60 millones de dólares y convirtiéndose en uno de los mayores taquillazos de la historia del cine en relación a su coste. La crítica no la acompañó de la misma forma, pero hoy en día es uno de los clásicos del cine de terror y considerada una película de culto.
Las vírtudes cinematográficas de Viernes 13 son, ciertamente, justitas. El guión es simple y efectivo (jovencitos que van a un campamento supuestamente maldito y acaban siendo asesinados por un psicópata) con el giro final y la identidad secreta del asesino como principales vírtudes, pero a su vez resulta excesivamente plano en algunos momentos, dando poco juego a ciertos personajes interesantes que podían haber aportado más al desarrollo de la historia. Obviamente no voy a desvelar la sorpresa final, pues es uno de los puntos fuertes de la película, y un sello que la diferencia del resto de la franquicia. En este caso, bebe mucho del giallo italiano, jugando con la perspectiva de la cámara y el recorte de encuadres para ocultar al espectador la identidad del villano. Por otra parte, el reparto cumple con su función, tratándose de jóvenes cuyo única razón de ser es escapar del psicópata para posteriormente ser brutalmente asesinado. Destacan Adrienne King, la chica protagonista, que aparecería también en el prólogo de la secuela, Viernes 13 parte 2 (Steve Miner, 1981). y un jovencísimo Kevin Bacon, dando sus primeros pasos como actor y encarnando a uno de los chicos del campamento Crystal Lake,
Otro acierto son los efectos especiales y maquillaje, a cargo de Tom Savini. El resultado es más que notable teniendo en cuenta el bajísimo presupuesto del que gozó este film, así como las limitaciones de la época, Escenas como el asesinato del personaje de Kevin Bacon (memorable, sin duda lo más recordado del film junto con el final) o la secuencia del final en el lago quedarán grabadas para siempre en la memoria del aficionado al cine de horror. Harry Manfredini dota a la película de una buena banda sonora, destacando el tema principal, que se convertiría en una de las más recordadas del género, junto con la cantinela de Pesadilla en Elm Street o la BSO de La noche de Halloween.
Viernes 13 es un clásico del terror, y lo seguirá siendo año tras año. Sin embargo, el paso del tiempo no ha sentado bien a la película de Sean S. Cunningham, quien dirige de forma rutinaria, pesada y no es capaz de avivar el filme ni darle personalidad auténtica para codearse con sus dos hermanas en el género (Pesadilla y Halloween). No es una mala película, pero tampoco brilla dentro del género del terror y es mucho más convencional y sosa que otras entregas de la propia franquicia de Friday the 13th. Cuenta con algunos sustos y secuencias para la memoria, pero le falta mucho ritmo y mala baba para ser recordada como el buque insignia de la saga, algo que, por supuesto, no es. Como icono de la cultura pop es innegable. Como película, mejorable.
Valoración: 3/5