martes, 22 de septiembre de 2015

La guerra de las galaxias episodio IV: una nueva esperanza


Título original: Star Wars Episode IV: A New Hope
Año de estreno: 1977
Director: George Lucas

Trailer: 


Si hubiera que seleccionar las diez películas más influyentes, tanto para el propio mundo del cine como para la cultura popular de hoy día, Star Wars estaría en los primeros lugares. Tanto el film original como el resto de la saga, han calado muy hondo en el universo del séptimo arte y junto con otros colosos del género, como Alien: el octavo pasajero o 2001: una odisea en el espacio, conforman el triunvirato por excelencia del cine de ciencia ficción. 

A día de hoy, estoy seguro de que muy pocos se han perdido las aventuras de Luke Skywalker, Han Solo, la princesa Leia, Chewbacca, RD-D2 y C3PO. Desde los jóvenes a los ancianos, todos quedaron maravillados con la trilogía original de esta franquicia, y automáticamente, La guerra de las galaxias se alzó en lo más alto del olimpo cinematográfico. Sin embargo, pocos saben que, en un principio, no se esperaba que la película fuese un éxito. La apuesta era muy arriesgada, y 20th Century Fox no las tenía todas consigo. Hay que entender que la idea de George Lucas era alocada. Un grupo de personajes viajaban por el espacio viviendo aventuras, topándose con peligros de todo tipo, tanto en términos de ciencia ficción como de fantasía. Y es que, la premisa inicial de Star Wars es esa: un cuento de hadas en el espacio. 

Y finalmente, el día llegó. La película fue estrenada un 25 de mayo de 1977, a regañadientes, por unos encargados de salas de cine que no confiaban en el producto. Las expectativas no eran muy altas. Y el público estalló. Con un presupuesto de 13 millones de dólares, la película recaudó cerca de 800 millones y revolucionó por completo, no solo el género de la ciencia ficción, sino también el mundillo de los efectos especiales. Star Wars mostraba naves espaciales, planetas, mundos desconocidos, criaturas inimaginables, y todo con una espectacular presentación que dejó boquiabiertos a los espectadores. No podían creer lo que estaban viendo. No podían creer la magia de Una nueva esperanza. 


La epicidad está presente en todos y cada uno de los aspectos de la obra de George Lucas. El guión está muy bien construido, sobre unos cimientos a caballo entre la fantasía y la ciencia ficción, una remodelación del clásico cuento infantil que, aunque basado en personajes estereotipados, logra crear una identidad propia que crearía escuela para las futuras continuaciones. El joven Luke Skywalker es un granjero de humedad del planeta Tatooine, que de la noche a la mañana ve como su vida cambia por completo. Unos misteriosos droides (RD-D2 y C3PO) caen en sus manos, lo que le acabará llevando al enfrentamiento con el Imperio Galáctico y su malvado brazo ejecutor, Darth Vader. En el camino conocerá al viejo Ben Kenobi, el guaperas Han Solo y su peludo ayudante Chewbacca y la hermosa princesa Leia. El transcurso de la historia es sensacional, plagado de momentos emocionantes y que quedaron para siempre en la memoria colectiva del mundo del celuloide. Otro gran acierto son los personajes y su genial caracterización. Si, responden a estereotipos, pero no se anclan del todo a ellos, y logran desmarcarse como inolvidables héroes y villanos, tanto de grandes como pequeños. ¿Quién no ha jugado alguna vez a ser Luke Skywalker o Han Solo y pelear con los crueles soldados imperiales?



Muchas son las virtudes de esta gran película, pero sin lugar a dudas, la punta de lanza son sus memorables efectos especiales. En aquellos tiempos, a finales de los 70, era imposible imaginar batallas de enormes cruceros intergalácticos sin caer en los ridículo y lo estrambótico. Y Star Wars logró imponer su sello de space opera y otorgar dramatismo y realismo a la ciencia ficción y a su plasmación en la pantalla de cine. Por si fuera poco, la grandiosa banda sonora, compuesta por el genio John Williams (Tiburón, Parque Jurásico, Indiana Jones, Superman), pone la guinda al pastel y corona a La guerra de las galaxias como una de las mejores películas de la historia del cine. La melodía principal es simplemente inolvidable. 

El primer paso del visionario proyecto de George Lucas no tuvo demasiada confianza en sus inicios, ni tampoco la publicidad y el marketing de sus secuelas, pero su éxito e impacto fue tan grande que aún hoy se recuerdan las salas de cine rebosantes de público, público que acudió a ver una simple película y se encontró con una revolución cinematográfica. Es precisamente esto último lo que eleva a Star Wars como una de las franquicias más enormes de la historia del séptimo arte, y a su primer capítulo como una maravillosa demostración de como hacer creer a una persona delante de una pantalla de cine, creer en los cuentos que, desde pequeños siempre escuchamos, y con el paso del tiempo, al madurar y hacernos adultos, olvidamos. Una inolvidable oda a la fantasía e imaginación que deposita su grandeza en la ilusión que genera su visionado, la misma que experimenta un niño cuando juega con su juguete preferido, con la única diferencia de que esta última quedará sellada para siempre en nuestra cultura y en cada uno de nuestros corazones. ¿La palabra? atemporal, 

Valoración: 4.5/5