Título original: Kung Fury
Año de estreno: 2015
Director: David Sandberg
Cortometraje íntegro en HD (voces en inglés, subtítulos en castellano)
Debemos reconocerlo: el cine de hoy en día es repetitivo a más no poder. Es verdad que, de vez en cuando, nos encontramos con una película innovadora y original que rompe los esquemas cinematográficos actuales y supera la barrera de la monotonía, pero no es lo habitual. En los años 70 y 80, la industria de Hollywood vivió su momento más dulce: Star Wars, Pesadilla en Elm Street, Alien, Terminator, Indiana Jones...podríamos estar horas y horas citando títulos míticos que dieron, dan, y darán que hablar en este mundillo del séptimo arte. Uno de los métodos más frecuentados hoy en día para levantar viejas leyendas ochenteras, es el remake. Sin embargo, pocos de ellos respetan las obras originales y casi ninguno está a la altura de la grandeza de sus predecesores. ¿Qué hacer entonces?
En mitad de esta crisis cinematográfica imaginativa, unos jóvenes suecos (en un intento desesperado por traer de vuelta el estilo de los 80) recurrieron a la financiación en masa por el sitio web Kickstarter y finalmente realizaron un cortometraje, de alrededor de 30 minutos de duración, con un presupuesto aproximado de 630.000 dólares (el objetivo inicial era conseguir 200.000 dólares). La ``película´´ se estrenó en el conocido sitio web YouTube, en calidad HD y con voces en inglés (subtítulos en gran cantidad de idiomas). El resto es historia.
Pocas veces sucede, si, pero con Kung Fury ocurre: el viaje del espectador a un mundo ficticio, pero que sentirá tan real como al vida misma. Delincuencia, superhéroes, artes marciales, dinosaurios, vikingos, nazis, Hitler...todo eso y mucho más lo encontrarás en este sensacional cortometraje que demuestra que, con poco dinero pero mucha voluntad y cariño (y talento, claro), se pueden lograr grandes cosas. Es descomunal la cantidad de guiños, homenajes y elementos típicos del cine ochentero que podemos ver en este film, y todos ellos perfectamente implementados en la premisa inicial (una fantástica parodia de las películas policíacas de los 70). Como en un buen videojuego/film clásico, guión e historia son simples pero adictivos, y mantienen al espectador con la boca abierta durante la media hora que dura el corto. Un rebelde policía llamado Kung Fury debe hacer frente a un viejo enemigo, Adolf Hitler, quien ha viajado al futuro desde la Alemania Nazi para sembrar el caos. El personaje interpretado por David Sandberg (también director) viajará al pasado para acabar con el malvado dictador y así evitar su existencia en el futuro. Ya de primeras, la trama recuerda levemente a Terminator (James Cameron, 1984), a lo que sumamos personajes entrañables como Triceracop (un policía con cabeza de Triceratops), el dios del trueno Thor, dinosaurios y criaturas prehistoricas, el genial diálogo entre dos oficiales nazis sobre sus bigote o el espectacular clímax final, estilo 2D como en las viejas recreativas (Street Fighter, Final Fight), acompañado de una conclusión con sabor añejo, pero altamente disfrutable.
En el apartado técnico, el film cumple con creces teniendo en cuenta su presupuesto. La imagen es de alta calidad, y se encuentra retocada con un granulado que le aporta una encantadora dosis de estilo 80´s. Los actores lo hacen realmente bien, y responden a diferentes tópicos del cine de acción y ciencia ficción del cine de antes: el protagonista rebelde pero de buen corazón, el ayudante despreciado por este, el jefe que obliga a ambos a llevarse bien, el villano obsesionado con destruir al héroe...
Kung Fury es una colosal demostración de amor, tanto a sí misma como al cine que homenajea, y sin dudarlo, aplasta a la gran cantidad de remakes y reboots que llegan a las carteleras actuales. Su mayor logro no es copiar, sino saber reírse de los tópicos desde el respeto, y finalmente supone un encantador y cariñoso cumplido al cine ochentero. Resulta irónico que con los presupuestos actuales, ninguna película ha logrado transmitir los sentimientos que pregona la obra de David Sandberg. Quizá, o más bien seguramente, en 30 años no han entendido lo que hizo triunfar a esas películas que, con tanto cariño, recordamos: la sencillez.
Valoración: 4/5